Tras el éxito de Assassin's Creed II y Assassin's Creed Brotherhood (La hermandad), el viaje de un personaje querido por todos los amantes de los juegos Assassin's Creed, Ezio Auditore llega a su fin. En este juego, Ezio viaja a Masyaf, antiguo bastión de la orden de los Assassin ( quien haya jugado al primer Assassin's sabrá a qué lugar me refiero) donde se esconde el fruto del edén que Altair consigue tras derrotar a su maestro. El lugar esta infestado de templarios que harán la vida imposible al pobre Ezio. Tras visitar por primera vez Masyaf, nuestros pasos se dirigen hacia la ciudad de Constantinopla (Estambul), en aquel entonces en manos de los turcos otomanos. Allí Ezio recibe nuevas armas y habilidades, como el gancho, que nos permitirá llegar más lejos, ir por tirolinas repartidas por toda la ciudad o utilizarla como la daga oculta ya habitual en el atuendo de Assassin. También es destacable la nueva habilidad de creación de bombas. Las hay de varios tipos: Bombas de distracción, de ataque, etc... Para crear las bombas, tendremos que buscar a lo largo y ancho de la ciudad de Constantinopla los ingredientes necesarios para su creación, desde la pólvora hasta la metralla.
Y los más jugones se preguntaran, "¿Y qué pasa con Desmond Miles?" Pues bien. Desmond está atrapado en el Animus y por ello su vida peligra. El fin último del juego es impedir que Desmond muera al quedarse atrapada su mente en el Animus.
Bien pues, ya sabeis, si quereis pasar un buen rato buscando un fruto del edén, o simplemente matar a unos pocos templarios, este es vuestro juego. Hasta la próxima.
